Por fin ya se acaban las fiestas decembrinas, qué paciencia hay que tener con toda la faramalla publicitaria del viejo pascuero que suplanta los nacimientos divinos encarnados en el solsticio. Siempre comentamos que para nuestro sur es una fiesta contraria, ya que, si bien celebramos días de cosechas y árboles cargados de frutos, en nuestro lado, a pesar de ser verano, el sol empieza a morir más que nacer; no es una fiesta de natividad. Para este sur empieza el recogimiento y la preparación para el futuro invierno, la recolección y preservación de los frutos, que nos permitirán la subsistencia, porque vemos en el azote invernal e infernal que flagela a ese norte, que también es sur, el futuro que será.
En el corazón del imperio anglo franco, Buffalo, en el estado de Nueva York, aunque al otro lado de la emblemática ciudad, casi en la frontera con Canadá, se declara zona de guerra, el invierno llegó y arrasó, dejando más de 60 muertos, más de un millón de personas sin energía eléctrica, miles de vuelos suspendidos y una gobernadora que declara estar en guerra con la naturaleza, sin asumir su responsabilidad en la catástrofe, porque ya lo sabemos, todo esto era previsible y superable, sólo bastaba un poco de conciencia ciudadana y un sistema de prevención que permitiera que la gente no saliera de sus casas, que no hiciera viajes innecesarios, que pudiera estar resguardada en sus hogares, protegidas por políticas públicas que aseguren un suministro energético fiable, que no los lleve a morir congelados en sus autos por escapar del frío de sus habitaciones.
Es impactante ver qué la gente parece estar más preocupada de la cancelación de sus vuelos que del rol que juegan en estas catástrofes, sobre todo en estas fechas, donde pareciera que el derecho a parrandear está por sobre la lógica y las precauciones básicas de supervivencia. ¿Es realmente necesario viajar o trabajar en el clímax del invierno, cuando ya sabemos los riesgos que implica? ¿Acaso no tenemos todos los años accidentes que involucran a varios vehículos por transitar carreteras congeladas? Es abismante nuestra necesidad de controlarlo todo, ¿tanto cuesta tomarse un respiro real y darle espacio a la naturaleza para que siga su curso sin que estemos a cargo? Y lo peor, esta conducta apropiadora y controladora es la que ha provocado el desequilibrio climático que ahora sufrimos, con un norte que se congela, mientras el sur arde y se abrasa en incendios forestales, hasta el viceversa del próximo solsticio.
Hemos llevado nuestra bipolaridad al extremo, eres de aquí o de allá, ying o yang, demócrata o republicano, femenino o masculino, bueno o malo, una dualidad falaz, porque no somos binarios, excepto en el lenguaje informático y tanto el capitalismo como el comunismo son imperios que te avasallan; no vivimos en blanco y negro, ni siquiera los daltónicos, pero ahí seguimos, subidos al péndulo dialéctico, ser o no ser, que mentalmente supone un excelente ejercicio de reconocimiento y repetición, porque toda tesis requiere una antítesis para ser síntesis. Pero la vida no se rige por esas extremidades hay día y noche y mañana y mediodía y momentos que se expanden hasta el infinito en cada atardecer. El zapatismo lo sabe y por eso este 21 de diciembre, día en que se conmemoran 10 años de la marcha del silencio, repetimos la consigna que les convocaba en ese entonces: «¿Escucharon? …Es el sonido de su mundo derrumbándose», porque cuando hablan del vaso medio lleno o medio vacío, quienes resisten saben que el vaso no existe.
No somos inocentes, la pérdida del paraíso bíblico se basa en ese precepto, comimos del árbol de la sabiduría y salimos al mundo existente fuera de la paradisiaca jaula, al verdadero libre albedrío. Somos sapientes, ergo responsables, no es la naturaleza la que está en guerra con nosotros, son nuestras acciones, nuestra irracionalidad, el narcisismo que nos corroe lo que nos ha llevado a este punto de no retorno. Porque ya no hay vuelta, la salvación no será masiva, ¡recapacita, no hay salvador, no hay salvadora, no hay una institución protectora! No eres víctima, no eres inocente, menos tonto, eres libre si eres consciente de donde te llevan tus decisiones y acciones. Por lo pronto nos saltamos los festejos y el consumismo y esperamos que no alcance la monarquía para un nuevo día de reyes, mira que, si el trío mágico real hubiese sido discreto con sus augurios, Herodes nunca nos habría tomado por inocentes… aunque en las colonias inglesas no se conmemoran los santos inocentes del evangelio de Mateo, sino que ridiculizan a los tontos y despistados por el cambio del calendario juliano al gregoriano, tampoco se mantiene la fecha, 28 de diciembre, para el mundo anglo los inocentes son tontos y tienen su día el 1° de abril.
En fin, sí esperamos la claridad de la epifanía, la rosca y, próximamente, la tamaliza de la Candelaria/Yemanyá, eso no nos lo perdemos…
Finally, the December holidays are over, what patience you need to deal with all the advertising hoax of Santa Claus that supplants the divine births incarnated on the solstice. We always comment that for our south it is a contrary party, since although we celebrate harvest days and trees laden with fruit, on our side, despite being summer, the sun begins to die more than to rise; It’s not a nativity party. For this south, the recollection and preparation for the future winter begins, the gathering and preservation of the produce, which will allow us subsistence, since we see in the invernal and infernal scourge that whips that north, which is also south, the future that will be.
In the heart of the Anglo-French empire, Buffalo, in the state of New York, although on the other side of the emblematic city, almost on the border with Canada, a war zone is declared, winter came and devastated it, leaving more than 60 dead, more than a million people without electricity, thousands of flights suspended and a governor who declares she is at war with nature, without assuming her responsibility for the catastrophe, because we already know, all this was predictable and surmountable, just a little citizen awareness and a prevention system that would allow people not to leave their houses, not to make unnecessary trips, that could be sheltered in their homes, protected by public policies that ensure a reliable energy supply, that does not lead them to die frozen in their cars to escape the cold of their rooms.
It is shocking to see how people seem to be more concerned about the cancellation of their flights than about the role they play in these catastrophes, especially on these dates, where it seems that the right to party takes precedence over logic and basic survival precautions. Is it really necessary to travel or work in the height of winter, when we already know the risks involved? Don’t we have multi-vehicle accidents every year on icy roads? Our need to control everything is overwhelming, is it so hard to take a real breather and give nature space to run its course without us being in charge? And worst of all, this appropriating and controlling behavior is what has caused the climatic imbalance that we now suffer, with a north that freezes, while the south burns and parch in forest fires, until the next solstice vice versa.
We have taken our bipolarity to the extreme, you are from here or there, ying or yang, democrat or republican, feminine or masculine, good or bad, a fallacious duality, because we are not binary, except in computer language and both capitalism and communism are empires that overwhelm you; We do not live in black and white, not even for colorblind people, but there we continue, on the dialectical pendulum, to be or not to be, which mentally represents an excellent exercise in recognition and repetition, because every thesis requires an antithesis to be a synthesis. But life is not governed by those extremities, there is day and night and morning and noon and moments that expand to infinity at each sunset. Zapatismo knows this and that is why this December 21, the day on which 10 years of the march of silence are commemorated, we repeat the slogan that summoned them at that time: «Did you hear? … It is the sound of your world collapsing.» Because when they talk about the glass being half full or half empty, those who resist know that the glass doesn’t exist.
We are not innocent, the loss of the biblical paradise is based on that precept, we ate from the tree of wisdom and we went out into the existing world outside the paradisiacal cage, to true free will. We are wise, ergo responsible, it is not nature that is at war with us, it is our actions, our irrationality, the narcissism that corrodes us that has led us to this point of no return. Because there is no way back, salvation will not be massive, reconsider, there is no savior, there is no saviour, there is no protective institution! You are not a victim, nor innocent, neither fool, you are free if you are aware of where your decisions and actions take you. For now we skip the festivities and consumerism and we hope that the monarchy will not reach a new three kings day, look, if the royal magical trio had been discreet with their omens, Herod would never have taken us for innocent… although in the English colonies do not commemorate the innocent saints of the Gospel of Matthew, but they ridicule the fools and clueless due to the change from the Julian to the Gregorian calendar, the date, December 28, is not maintained either, for the Anglo world the innocent are fools and have their day on April first.
In short, we do hope for the clarity of the epiphany, the rosca and soon, the Candelaria/ Yemanyá tamaliza, we will not miss that…