Lo confesamos, es cierto, nos carga septiembre y sus festejos patrioteros, por eso nos lo saltamos, ya lo hemos declarado, la patria es el patrimonio del patriarca, para nosotros, nosotras en Abya Yala no hay patria, no nos dejamos engañar por el travestismo de los patriarcas que se visten con femeninos ropajes como sotanas y delantales para suplantar el dominio real de la Pachamama.
El ecosistema del que somos parte, crías de la tierra, hermanos, hermanas, todos, todas, porque la era de violencia, la destrucción que supone el patriarcado, empieza cuando dejamos de ser parte de la biósfera, de Gaia, e intentamos situamos en el tope de una cadena alimentaria de depredadores.
Nos apropiamos del paisaje compartido con los hermanos mayores, la fauna, para la agricultura y el pastoreo, hasta abandonar totalmente la vida nómade; el siguiente paso “evolutivo”, adueñarse de los animales, para luego extender ese dominio a otros seres humanos.
Claramente este proceso fue exacerbado por la conquista, iniciada aquel octubre hace 530 años, de Abya Yala, Anáhuac, Wallmapu, Aotearoa, Kurnell, Alkebulan y tantos territorios del sur global allanados por coronas endogámicas y cleros corruptos, ansiosos de oro.
Afortunadamente ya no hablamos de descubrimiento y cada día hay una mayor conciencia de la magnitud del genocidio americano, africano y polinésico. En este sentido, se entiende que el “mes de la hispanidad” sea motivo de celebración, ya que hay un proceso de liberación, iniciado hace 246 años, con la independencia de los estados unidos de América del Norte del imperio británico que vale la pena recordar.
Este hecho conllevó a su vez a la independencia de Francia, que se libera de la monarquía, lo que a su vez, motivó la independencia de América del Sur de la corona española, hace más de 200 años, cuando varios Libertadores, liderados por Simón Bolívar, se organizaron y lograron liberarse.
Sin embargo, después de las febles celebraciones del bicentenario y los magros logros sociales, con los territorios del sur global ocupados por el crimen organizado, azotados por el cambio climático, lo que viene a significar el desplazamiento final de los pueblos, debido justamente al afán extractivista de los conquistadores, nos asalta la pregunta, ¿qué independencia hemos logrado, si más allá de Francia, las monarquías que nos han masacrado se mantienen hasta el día de hoy, aún usufructuando con nuestra desgracia y pobreza?
La muerte de Elizabeth y el debilitamiento del partido conservador en el corazón del Reino Unido, parecen abrir una fisura en el poder que podría ser aprovechada por algunos de los 14 estados que aún dependen de la corona inglesa para independizarse. Por el contrario, la guerra en Ucrania, el fascismo de regreso en Italia, la corona española aún blindada, celebrando el 12 de octubre con marchas militares y berrinches endogámicos, sólo nos muestran cómo se cierran filas en torno al totalitarismo neoliberal.
Mientras, en nuestro sur, las “independencias” han quedado reducidas a tratados internacionales que validan y favorecen la continuación del despojo a cambio de una total militarización de los territorios. Las recientes filtraciones del grupo Guacamaya, que han afectado a diversas instituciones de México, Colombia, Perú, Salvador y Chile han revelado cómo las “inteligencias” militares están enfocadas en espiar a las organizaciones sociales, a dirigentes ambientales, a periodistas, se comprueban lazos con el crimen organizado, participación en la desaparición de personas entre los muchos documentos que se han publicado.
En fin, el nuevo orden mundial es idéntico el viejo, no hay nada que celebrar.
We confess it, it is true, September burdens us with its patriotic celebrations, that’s why we skip it, we have already declared it, the fatherland is the heritage of the patriarch, for us in Abya Yala there is no fatherland, we are not fooled by the transvestism of the patriarchs who dresses in feminine clothing such as cassocks and aprons to supplant the real domain of Pachamama.
The ecosystem of which we are a part, offspring of the earth, brothers, sisters, all of us, because the era of violence, the destruction that patriarchy entails, begins when we cease to be part of the biosphere, of Gaia, and we try to situate ourselves in the top of a predatory food chain.
We appropriated the landscape shared with our older brothers, the fauna, for agriculture and grazing, until we completely abandoned nomadic life; the next «evolutionary» step, to take over the animals, to later extend that domain to other human beings.
Clearly this process was exacerbated by the conquest, started that October 530 years ago, of Abya Yala, Anáhuac, Wallmapu, Aotearoa, Kurnell, Alkebulan and so many territories of the global south raided by inbred crowns and corrupt clergy, eager for gold.
Fortunately we no longer talk about discovery and every day there is a greater awareness of the magnitude of the American, African and Polynesian genocide. In this sense, it is understood that the “Hispanic month” is cause for celebration, since there is a process of liberation, which began 246 years ago, with the independence of the United States of North America from the British Empire that is worth to remember.
This fact led in turn to the independence of France, which freed itself from the monarchy, which in turn led to the independence of South America from the Spanish crown, more than 200 years ago, when several Liberators, led by Simón Bolívar, organized and managed to free themselves.
However, after the feeble bicentennial celebrations and the meager social achievements, with the territories of the global south occupied by organized crime, plagued by climate change, which means the final displacement of the peoples, due precisely to the extractivist eagerness of the conquerors, we are assailed by the question, what independence have we achieved, if beyond France, the monarchies that have massacred us remain to this day, still enjoying our misfortune and poverty?
Elizabeth’s death and the weakening of the conservative party in the heart of the United Kingdom seem to open a fissure in power that could be exploited by some of the 14 states that still depend on the English crown to become independent. On the contrary, the war in Ukraine, fascism back in Italy, the Spanish crown still armored, celebrating October 12 with military marches and inbred tantrums, only show us how ranks are centered around neoliberal totalitarianism.
Meanwhile, in our south, the «independences» have been reduced to international treaties that validate and favor the continuation of dispossession in exchange for a total militarization of the territories. The recent leaks from the Guacamaya group, which have affected various institutions in Mexico, Colombia, Peru, Salvador and Chile, have revealed how military «intelligence» is focused on spying on social organizations, environmental leaders, journalists, ties with organized crime, participation in the disappearance of people among the many documents that have been published.
In short, the new world order is identical to the old one, there is nothing to celebrate.